El shampoo es un producto formulado para la limpieza efectiva del cuero cabelludo y del cabello, eliminando el exceso de sebo y los contaminantes ambientales. Los champús pueden clasificarse según el tipo de tensioactivo utilizado en su formulación, que puede ser aniónico, catiónico o anfótero, dependiendo de la naturaleza de la carga eléctrica del compuesto activo.
Los detergentes presentes en los champús pertenecen a la familia de los tensioactivos, sustancias clave para la remoción de suciedad. Los tensioactivos son compuestos que tienen la capacidad de reducir la tensión superficial entre dos superficies, facilitando la separación de grasas, aceites y otras impurezas. En la industria cosmética, se utilizan tanto tensioactivos de origen sintético como natural, debido a su versatilidad y capacidad de adaptarse a diferentes formulaciones.
El mecanismo de acción de los tensioactivos se basa en su capacidad para disminuir la tensión superficial entre dos fases, como ocurre entre el agua y el sebo en el cuero cabelludo. Los tensioactivos, también conocidos como surfactantes, actúan en la interfaz entre dos medios inmiscibles (por ejemplo, un líquido acuoso y una fase oleosa) facilitando la emulsificación y la solubilización de la suciedad. Dependiendo de sus propiedades específicas, los tensioactivos pueden actuar como emulsionantes, humectantes, detergentes o solubilizantes.
Las propiedades de los tensioactivos derivan de su estructura molecular, que contiene dos partes fundamentales: una región hidrófoba o lipofílica, que tiene afinidad por las grasas y aceites, y una región hidrófila, que es soluble en agua. Esta dualidad estructural permite a los tensioactivos formar micelas en solución, encapsulando las impurezas oleosas en su interior, lo que facilita su eliminación durante el proceso de lavado.
La elección del tipo de tensioactivo en un champú influye no solo en la eficacia de la limpieza, sino también en cómo interactúa con el cuero cabelludo y la fibra capilar. Por ejemplo, los tensioactivos aniónicos, como los sulfatos, son altamente eficaces en la limpieza profunda, mientras que los tensioactivos anfóteros, como las betaínas, son más suaves y están indicados para cueros cabelludos sensibles o cabellos tratados químicamente.Este enfoque incluye una explicación más detallada de los tensioactivos y su relevancia en la formulación de champús desde una perspectiva científica y tricológica.