Resistencia al estiramiento: cuando se aplica una carga determinada sobre la fibra capilar y se mide la elongación resultante, se obtiene una curva de tensión-deformación que presenta diferentes zonas. Estas zonas reflejan el comportamiento de la fibra ante la carga aplicada, desde su fase elástica hasta su fase plástica, antes de llegar al punto de ruptura. La capacidad del cabello para elongarse sin romperse depende en gran medida de la integridad de su estructura interna, especialmente de los enlaces disulfuro y la cohesión de la matriz proteica.
Resistencia a la rotura: El cabello humano es una fibra con notable resistencia mecánica. En condiciones óptimas, se requiere una carga de entre 50 y 100 gramos para romper una sola hebra de cabello sano y natural. Esta resistencia se debe principalmente a la estructura queratínica organizada en microfibrillas, que otorgan fuerza y cohesión al eje capilar.
Elasticidad: la fibra capilar presenta propiedades elásticas, lo que le permite regresar a su longitud original tras una deformación moderada. Esto es especialmente notable cuando el cabello es sometido a estiramientos suaves, ya sea en estado seco o húmedo. La recuperación elástica es más eficiente en medios acuosos fríos, donde las cadenas de queratina recobran su estructura previa a la deformación sin causar daño irreversible a los enlaces.
Propiedades Superficiales del Cabello: los cambios en la superficie del cabello son mayormente atribuibles a factores externos, como el manejo inadecuado, la exposición excesiva a la radiación ultravioleta, tratamientos químicos agresivos (coloración, alisado, decoloración), y el uso excesivo de herramientas térmicas. Estos factores degradan la cutícula, comprometiendo la protección natural del cabello y exponiéndose a mayor fragilidad y pérdida de humedad.
Propiedades Eléctricas del Cabello: la queratina, principal componente del cabello, posee excelentes propiedades aislantes. Sin embargo, la conductividad de la fibra capilar se incrementa significativamente con el aumento del contenido de agua en su estructura. Esto se debe a la capacidad del agua de permitir el flujo de iones a lo largo de la fibra.
Adicionalmente, el cabello es capaz de generar y acumular cargas eléctricas a través de la fricción (efecto triboeléctrico). Este fenómeno, junto con las propiedades aislantes de la queratina, explica la acumulación de electricidad estática en el cabello, lo que ocasiona su levantamiento y movimiento no deseado. La reducción de esta acumulación estática se logra mediante la hidratación adecuada y el uso de productos que equilibran la carga electrostática.